Poesía Macarra
Número de Páginas: 70
ISBN: 979-839-442-762-6
El barrio, la urbe, la prosaica realidad… a la poeta (no poetisa, poeta) que vivía dentro de mí, le parecieron siempre un destierro. Como cualquier niña, soñaba con lugares mucho más luminosos y respirables, en los que la inocencia aún fuera posible. Sin embargo, ¿habría sentido esa atracción irresistible por la poesía, habría podido, si quiera entenderla? Nunca lo sabremos. La verdad, nunca. Pero sí podemos intuir algo: mi carácter y mi imaginario se han ido forjando gracias a todas las vivencias de mi infancia: tanto las del pueblo que habitaba en los veranos, con su montaña azul y sus prados interminables; como las que ocurrieron en el barrio. El mismo barrio de las cabalgatas de reyes, de mercadillo de los jueves y de parques interminables. El mismo barrio de las peleas callejeras, de los trapicheos en las esquinas y del olor a basura sin recoger. El barrio que daba miedo por la noche, que agobiaba en verano, que renacía en primavera. El de mi colegio, el de mi instituto, el de mis primeras clases de teatro. En el que amé y perdí, y me embriagué, y crecí a costa de la niña, y conocí a las personas más cruciales de mi vida. Todos tenemos un barrio al que no queremos volver, y siempre volvemos. En este caso, yo he vuelto a él para escribir este poemario, que me recuerda que una macarra y una musa pueden casarse tranquilamente. Que la poesía habita en los lugares más insospechados, y quizás, quién sabe, eso le dé sentido a la vida. Aunque tal vez no tenga mucha importancia, en mi caso particular, ese barrio fue Usera. Quizás no tanto la del presente, sino la de los años 80 y 90. A sus pobladores y sus niños/as va dedicado este libro.