Rafael Mellado
Comencé a escribir con la excusa de no dedicarme a lo que tenía que hacer. También el cine lo he usado como subterfugio.Una vocación tardía. A los veintiséis detrás de una cámara, junto a un par de amigos, rodé una adaptación cinematográfica de un relato de Frank Belknap Long, Los Perros de Tíndalos. Algo maldito. Desde entonces me dedico profesionalmente al audiovisual.